En un mano a mano con Forbes Argentina, Demian Falestchi, CEO de la compañía, cuenta sobre la expansión de la empresa en la región, las trabas que tienen las empresas para impactar un target juvenil y cómo KidsCorp ayuda a superarlas con innovación, tecnología y conocimiento
Allá por 2015, KidsCorp ya innovaba en el mercado al convertirse en la primera herramienta digital diseñada para llegar al público de U18 , también conocidos como "nativos digitales". Hicieron una primera experiencia del proyecto en Uruguay y luego volvieron a Buenos Aires convencidos de que era el momento de implementar su idea. Hoy está consolidada como la empresa kidtech líder en Latinoamérica, con oficinas en Ciudad de México, San Pablo, Bogotá, Montevideo, Santiago de Chile y Buenos Aires.
La empresa logró duplicar su crecimiento de 2020 a 2021. Para este 2022, también proyectan un crecimiento del 100% respecto a 2021, gracias a la consolidación de un equipo de más de 60 profesionales distribuidos por toda Latinoamérica.
“Para 2023 proyectamos un crecimiento más agresivo aún, considerando nuestra entrada en el mercado de EEUU a través de una importante inversión de capital”, remarca Demian Falestchi, CEO de KidsCorp.
Cuando la empresa empezó a dar sus primeros pasos, la necesidad del mercado era evidente: para anunciarse en Internet sólo existían plataformas genéricas como Google, y las herramientas de segmentación se aplicaban a usuarios mayores de 18 años. ¿Cómo llegar al público más joven? Por increíble que parezca, no había ninguna otra empresa intentando resolver esta cuestión.
La publicidad digital se ha convertido en una excelente forma de que las marcas lleguen a su público. Pero cuando se trata del segmento juvenil, hay muchos aspectos a tener en cuenta, ya que existe el riesgo de violar ciertas políticas y normas de seguridad. ¿Qué aspectos hay que tener en cuenta que las marcas suelen desconocer?
En este contexto, es fundamental entender las oportunidades a las que niños y adolescentes tienen acceso hoy en día, y el papel protagonista de las marcas en este escenario. Internet es la mayor biblioteca de la historia de la humanidad, y existen dos formas principales de acceder a sus contenidos: pagando por ellos (a través de compras en apps, juegos, webs o suscripciones, por ejemplo) o haciendo que la publicidad de las marcas pague por ellos. En este último punto, es donde los niños tienen una enorme oportunidad de aprender, informarse, entretenerse y crecer, gracias a que hay empresas que, a través de la publicidad digital, contribuyen al acceso universal y gratuito a los contenidos.
Sin embargo, detrás de esta enorme oportunidad, existe también una gran responsabilidad de toda la industria para garantizar que este acceso se realice a través de conexiones seguras para ellos. Internet no se diseñó ni se creó para los niños, por lo que existen distintos riesgos al conectarse, como la exposición a contenidos inapropiados, el grooming o el espionaje de menores cuando están en online. Debemos cuidar todo esto para que no ocurra en el futuro.
¿Cómo conseguirlo?
Los gobiernos, a través de regulaciones y leyes que protejan la privacidad de data ; los creadores, desarrollando contenidos de calidad adecuados a cada segmento; las marcas, entendiendo y promoviendo buenas prácticas e invirtiendo en tecnología que garantice experiencias seguras y entretenidas para los niños. El ser humano tiene el reto histórico de acompañar a los niños y adolescentes en su desarrollo, y así debe hacerlo cada uno de los actores que conforman el ecosistema digital.
¿Cómo varía la normativa en el mundo de la publicidad digital con respecto a los medios offline?
Las regulaciones en la publicidad digital se enfocan principalmente en proteger la privacidad de los menores cuando están conectados, manteniéndonos en el anonimato. El estándar dorado podemos decir que es COPPA (Children's Online Privacy Protection Act.) de EE.UU, la cual depende de la FTC (Federal Trade Comission). También se destacan la GDPR (General Data Protection Regulation) en Europa y LGPD (Ley General de Protección de Datos) en Brasil.
Los puntos más importantes de las regulaciones mencionadas, y que mayor influencia tienen en los mercados de América Latina, consideran que los datos personales de los menores no pueden ser recopilados sin el consentimiento paternal, siendo información personal los datos de ubicación, dirección IP, cookie ID y Ad ID. En este sentido, es muy importante entender a los identificadores persistentes, qué permiten y qué no permiten hacer.